Archivo diario: 12 octubre 2009

¿Sociedad de la Información o del Conocimiento?

El mundo cambia, evoluciona. Muchas veces, el cambio puede ser sutil y progresivo, pasando casi desapercibido; sin embargo, basta con recordar cómo era nuestra vida algunos años atrás para darnos cuenta de la diferencia abismal entre la sociedad de entonces y la sociedad actual.

La aparición del Internet en 1987, y su posterior auge en los años noventa, así como la aparición de nuevas tecnologías de la información, y el surgimiento de nuevas ciencias como las telecomunicaciones, han cambiado la forma en que las personas nos relacionamos, trabajamos y aprendemos. Se trata de una revolución digital y tecnológica que ha permitido que los seres humanos en todo el mundo conformen la llamada SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN.

Esta sociedad se caracteriza por la rápida y eficaz transferencia de información en red. Redes de individuos, ubicados en cualquier parte del mundo, son capaces, gracias a las tecnologías de información y comunicaciones, de compartir e intercambiar información directamente con el resto de individuos en la misma red.

Esto ha dado paso, en primer lugar, a la globalización (“Lo local es global, lo global es local”), puesto que ha permitido que, mediante este intercambio de información, las sociedades creen conexiones y vínculos sociales, políticos, económicos y culturales que han traspasado los límites geográficos que antes las mantenían aisladas.

Adicionalmente, la forma en que los seres humanos se relacionan e intercambian información ha cambiado drásticamente con el surgimiento del correo electrónico, la mensajería instantánea, la mensajería de texto, las redes sociales y los diarios virtuales o blog.

Paralelamente, las organizaciones y empresas han implementado el uso de sistemas de información y comunicaciones con el fin de mejorar su efectividad y su eficiencia, y han comprendido la importancia de la información como activo importante y determinante del éxito.

Por otro lado, el uso de las tecnologías de información y comunicaciones ha propiciado el surgimiento de nuevas necesidades y deseos en los usuarios, por lo que el desarrollo de nuevas tecnologías de este tipo se ha visto acelerada en los últimos años, creando, a su vez, nuevas posibilidades de intercambio de información. Hoy en día, la tecnología es tan importante para la sociedad que se puede, incluso, hablar de los “analfabetas digitales” (individuos que no manejan la tecnología que la mayoría de las personas usa diariamente), dando paso a los conceptos de Trabajador Genérico y Trabajador Autoprogramable, siendo este último el que conoce las herramientas tecnológicas necesarias para poder evolucionar en el conocimiento.

Sin embargo, debemos estar conscientes de que la sociedad de la información sólo cobrará su pleno sentido cuando dé paso, o propicie la formación de una nueva sociedad: la SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

Pero, ¿Cuál es la diferencia?

Muchas veces, tendemos a pensar que información y conocimiento es lo mismo. Sin embargo, es importante que aprendamos a diferenciar estos términos.

Datos, Información, Conocimiento y Sabiduría

Datos, Información, Conocimiento y Sabiduría

En primer lugar, los datos, que muchas veces tomamos como sinónimo de información, son hechos acerca de un evento. Los datos, en bruto, carecen de sentido.

Cuando los datos son contextualizados, categorizados, calculados, corregidos y condensados, se convierten en información. Es decir, la información son los datos “dotados de relevancia y propósito”(Drucker).

Al comparar, verificar conexiones, analizar consecuencias y conversar acerca de la información disponible, ésta pasa a ser conocimiento. Es decir, el conocimiento es “una mezcla fluida de experiencias, valores información contextual y apreciaciones expertas que proporcionan un marco para su evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información” (Davenport).

Un nivel superior al conocimiento, es el nivel de la sabiduría. El saber, consiste en comprender los principios. Tiene que ver con la moral, la introspección, etc., y tiene que ver más con el por qué mientras el conocimiento se centra en el cómo.

Sin embargo, volvamos al conocimiento, pues es lo que nos interesa en este momento. Cuando hablamos de conocimiento, hablamos de información útil, en acción, que ha sido sintetizada y procesada en un contexto determinado y que tiene un valor práctico. Además, el conocimiento es acumulativo y puede ser tácito o explícito.

Tácito:

– Constituye el 80% del conocimiento.
– Está en la mente de las personas.
– Es personal.
– Es afectado por factores intangibles (creencias, valores, instintos).
– Es difícil de captar.
– Es difícil de transferir. La transferencia debe ser PERSONA-PERSONA.
– El reto es transferirlo.

Explícito:
– Constituye el 20% del conocimiento.
– Se puede escribir.
– Se puede transformar y transferir fácilmente. (PERSONA-SISTEMA-PERSONA).
– Está en documentos, procesos.
– El reto es acumularlo.

Es importante resaltar que el conocimiento puede pasar de tácito a explícito, y de explícito a tácito.

Adicionalmente, el conocimiento puede ser, de acuerdo a su proveniencia empírico, científico, cultural, diccionario, individual o colectivo. Al mismo tiempo, puede ser a priori o a posteriori, público o personal, local o global.

Finalmente…

Una vez comprendida la diferencia entre información y conocimiento, podemos comprender por qué la sociedad de la información no es más que un paso intermedio para llegar a la sociedad del conocimiento aunque, como vemos, no son excluyentes pues sin información no hay conocimiento. La clave de esta nueva sociedad en desarrollo no es la tecnología, sino el capital intelectual, el conocimiento de las personas, considerado el mayor activo de las organizaciones.

Por: María Gabriela Rodríguez
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